Con un comercio mundial que fluye como las mareas, el sector del transporte marítimo pone de relieve el ingenio humano y la determinación para conectar mercados a través de enormes distancias. Valorado en 75 millones de USD en 2022 y con una previsión de alcanzar los 89,9 millones de USD en 2028, el crecimiento del sector está impulsado por la creciente demanda de bienes y servicios en todo el mundo. La duplicación del volumen de carga de 1990 a 2021, con un aumento del 43% de la capacidad de la flota, subraya el papel vital del sector en el comercio internacional.
Navegar a través de esta evolución, gestionar estratégicamente las capacidades de la flota y comprender la dinámica del mercado indican un futuro sólido para el transporte marítimo de mercancías.
El flete marítimo transporta mercancías y carga por agua, normalmente a través de grandes buques o embarcaciones. Este tipo de flete se utiliza a menudo para largas distancias y artículos voluminosos o pesados que no son sensibles al tiempo. Es una de las formas de transporte más rentables y utilizadas para el comercio internacional, que permite a las empresas enviar mercancías a través de océanos y continentes a un precio razonable.
Existen varios tipos de servicios de transporte marítimo, cada uno con características y ventajas únicas. Algunos de los tipos más comunes son:
En este tipo de servicio, las mercancías de un solo expedidor ocupan contenedores enteros. Suele utilizarse para el envío de grandes cantidades de mercancías por parte de una empresa o un particular.
FCL sería útil para una empresa de muebles que envía un gran pedido de sofás a un minorista de otro país. La empresa puede llenar un contenedor entero con los sofás, garantizando que se envían de forma segura y eficaz sin necesidad de compartir espacio con otras mercancías. Esto también facilita el seguimiento y la manipulación del envío.
Este servicio se utiliza cuando las mercancías de un expedidor no llenan un contenedor entero. El espacio restante del contenedor puede llenarse con mercancías de otros cargadores, lo que supone un ahorro de costes para cada uno.
LCL sería útil para un pequeño empresario que quiera enviar sus artesanías hechas a mano a clientes en el extranjero. Es posible que la empresa no tenga suficiente mercancía para llenar un contenedor entero, pero con LCL puede compartir el espacio y los costes con otros transportistas. Esto les permite ampliar su negocio a escala internacional sin tener que gastarse un dineral en gastos de envío.
En este tipo de servicio, los vehículos y el equipo pesado se cargan en un barco especializado que permite subirlos y bajarlos del buque. Se suele utilizar para transportar coches, camiones, tractores y otros vehículos grandes.
Ro-Ro sería útil para un fabricante de automóviles que envía sus coches a concesionarios de otros países. Sólo tienen que introducir los vagones en el buque, lo que elimina la necesidad de costosos desmontajes y montajes. Esto también reduce el riesgo de daños durante el transporte.
El transporte de carga fraccionada consiste en cargar piezas individuales en un buque en lugar de utilizar contenedores. Suele utilizarse para artículos de gran tamaño o forma irregular que no caben en contenedores estándar.
Break bulk sería útil para una empresa de construcción que envíe maquinaria y equipos pesados al extranjero. Estos artículos suelen ser demasiado grandes para caber en contenedores, pero con el transporte a granel fraccionado pueden transportarse de forma segura y eficaz. Esto también permite a la empresa acceder fácilmente a sus equipos a su llegada al puerto de destino.
La logística del transporte marítimo depende en gran medida del apoyo de terceras entidades conocidas como transitarios. Estos intermediarios, u océanos transitarios, suelen referirse a personas o empresas externas que se encargan de la recogida, la organización para la carga y la correcta entrega de las mercancías a sus destinos finales para su envío. Esta dependencia se debe a la necesidad esencial de una asistencia de confianza para recoger las mercancías del vendedor, coordinar los procesos de envío y garantizar el éxito de la carga en los buques.
Comprender el contrato de transporte es crucial en este proceso. Las condiciones de envío internacionales, conocidas como «Incotermsrigen los contratos de transporte marítimo. Estas condiciones describen las responsabilidades del vendedor y del comprador respecto a la mercancía en las distintas fases del proceso de envío, determinando la transición de la responsabilidad.
Entre los incoterms más comunes se encuentran:
Navegar a través de estos Incoterms y seleccionar el más adecuado es crucial para una experiencia de envío satisfactoria.
Una vez determinadas las condiciones de envío, el proceso de finalización del flete marítimo implica las siguientes etapas clave:
Los transitarios pueden encargarse de todas las etapas del proceso, o pueden hacerse arreglos específicos para optimizar los costes de transporte.
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Las tarifas de los fletes marítimos (FCL, LCL y ro/ro) suelen calcularse en función de una combinación de factores, como el volumen de la mercancía, la distancia recorrida, el tipo de carga y los servicios adicionales necesarios. Lo mejor es consultar con un proveedor logístico para obtener un presupuesto exacto.
El transporte marítimo suele ser más rentable para los envíos grandes y pesados, mientras que el aéreo es más rápido pero más caro. La mejor opción dependerá de las necesidades específicas de su envío y de su presupuesto. Se recomienda comparar las tarifas de distintos proveedores de transporte para determinar la opción más rentable para su empresa.
El tiempo que tardan los envíos de carga marítima en llegar a su destino puede variar en función de factores como la distancia recorrida, la ruta tomada y los procedimientos de despacho de aduanas. Por término medio, un envío puede tardar entre 2 y 6 semanas en llegar.
Por mar se transporta una gran variedad de productos: materias primas, productos acabados y mercancías a granel.
Algunos ejemplos comunes son: